martes, 19 de diciembre de 2017

Conceptualización de Discapacidad Intelectual


La Organización Panamericana para la Salud (citada por Rivera 2008) define la discapacidad como una “condición humana que puede ser de origen multicausal, ya sea por condición genética, pobreza, desnutrición e inadecuados hábitos de salud e higiene, enfermedad o accidente laboral, deportivo, recreativo y de tránsito, contaminación ambiental, violencia política, social y estructural, etc.” (p.157)

Desde otra perspectiva González (2005) plantea que la discapacidad podría interpretarse como “una forma de opresión que conlleva limitaciones sociales, producto de entornos inaccesibles, de actitudes hostiles hacia estas personas o de la incapacidad de la sociedad para lograr una interacción eficaz con ellas.” (p.56)

Sin embargo, Schalock (citado por Morentin, Arias, Rodríguez y Verdugo, 2012) fundamenta que hoy en día la discapacidad se enfoca en un paradigma emergente, que propicia de tal forma, una nueva perspectiva de comprender la discapacidad, como un elemento cambiante y continuo, que resulta de la interacción entre las demás personas y su entorno. Del mismo modo, este paradigma se caracteriza por cuatro aspectos, la  adaptación,  la competencia personal, el  bienestar personal, las limitaciones funcionales y los apoyos individualizados.

No obstante, Katz (citado por Morales et al. 2011) argumenta que a lo largo de la historia la terminología de discapacidad intelectual ha manifestado diversas modificaciones, puesto que con anterioridad se implementaban términos peyorativos para referirse a esta población así como deficiencia mental o retraso mental. 

De acuerdo a lo planteado por Romero (2010)
en los últimos cuarenta años, ha habido, una serie de definiciones acerca de los que es retardo mental, en muchos libros y textos aducen que es la incapacidad de un individuo para adaptarse a su medio intelectual y social por deficiencias neurológicas impidiendo su plena realización como persona. (p.142)

 Asimismo, Verdugo (citado por Valdivia, 2013) establece que desde finales de los años ochenta la conceptualización de retraso mental ha experimentado múltiples modificaciones, en cuanto a la implementación de la terminología de retraso mental o discapacidad intelectual.

El carácter peyorativo del primer término al segundo, es el  motivo por el que se pretende sustituir este concepto. Este proceso de cambio pretende que la discapacidad intelectual sea visualizada desde un enfoque que dé lugar a la persona como cualquier otro individuo de la sociedad.

 Por otra parte, Valdivia (2013) establece que las concepciones con las que se denominaba con anterioridad a la discapacidad intelectual se enfocaban en determinar el nivel de gravedad de la discapacidad e identificar las causas de la misma, es decir, se enfatizaban exclusivamente en la deficiencia. Sin embargo, actualmente se realiza una evaluación integral de la persona y sus necesidades, sin dejar de lado el estudio de la discapacidad.

 Aunque, a partir del 2004 se ha logrado la aprobación a favor del uso del término de discapacidad intelectual; la Organización Mundial de la Salud (OMS) efectúa el término de discapacidad intelectual como sinónimo de retardo mental y la Asociación Americana de Retardo Mental (AAID), cambio su nombre a Asociación Americana para Discapacidad Intelectual (AAIDD).

 Puesto que, según fundamenta Ladrón, Álvarez, Sanz, Antequera y Muños (2013) en el DSM-IV-TR se implementaba la terminología de retraso mental, la cual se denomina como la capacidad intelectual significativamente inferior al promedio, en un rango de Coeficiente Intelectual de 70 o menor, obtenido por evaluación realizadas mediante test de inteligencia dirigidos individualmente.

Esta capacidad intelectual manifiesta a la vez, un déficit significativo en el comportamiento adaptativo en dos o más de las áreas de habilidad, así como, habilidades sociales interpersonales, comunicación, utilización de recursos comunitarios, autocontrol, cuidado de sí mismo, salud y seguridad, trabajo, habilidades académicas funcionales, ocio y vida doméstica. Considerando además, que estas manifestaciones deben presentarse antes de los 18 años de edad.

Por otra parte, incursionando con una novedosa terminología y conceptualización menos peyorativa el DSM-5 (2013) define discapacidad intelectual como un déficit en el funcionamiento intelectual, diagnosticado mediante tests de inteligencia estandarizados aplicados individualmente por evaluaciones clínicas.

Asociada a esta condición, se exterioriza un déficit en el funcionamiento adaptativo, lo cual limita el funcionamiento en una o más actividades de la vida cotidiana, así como la participación social, la vida independiente y la comunicación, en los diversos contextos en los que se desenvuelve, donde dichos déficit aparición durante el período de desarrollo. Por consiguiente, la Asociación Americana para Discapacidad Intelectual (citada por Díaz, Gil, Ballester, Morell y Molero, 2014) “destaca la importancia de atender a las limitaciones que estas personas muestran no solo en el funcionamiento intelectual sino, sobre todo, en la conducta adaptativa.” (p.416)

1 comentario:

  1. Saludos.
    Muy bonito el diseño del blog, creo que te esforzaste extra con toda esta información, pero adelantaste trabajo. Éxitos.

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